DANIEL
CUANDO NOS DICEN 'CANTORES DE PROTESTA' SIENTO QUE NOS ETIQUETAN PARA AISLARNOS"
Daniel Viglietti canta, "la lucha sigue"
* "Dale tu mano al indio, dale que te hará bien". Así comienza "Canción para mi América" del trovador uruguayo Daniel Viglietti, con la que impactó a México en su primera visita hace más de tres décadas.
ROBERTO PONCE
Daniel Viglietti: el canto que no cesa.
El trovador uruguayo Daniel Viglietti vive con México una relación "casi carnal" desde que vino por primera vez en 1974 para ofrecer su "canto humano" en un concierto de solidaridad contra el golpe pinochetista de Chile, invitado por la hija del presidente Salvador Allende, Beatriz.
Viglietti fue encarcelado por la dictadura de su país en 1972 y se exilió en París (Proceso, 109 y 601). Para setiembre de 1977 regresó actuando en las Jornadas de la Cultura Uruguaya en el Exilio, del Auditorio Nacional, actuando también en poblados de Veracruz. Aquella ocasión declaró:
"La violencia es el principal problema del mundo. Lo que más me impresionó de México es la violencia con que se diferencian o personifican las capas sociales en su forma de vivir, en su contacto con la realidad, y cómo la gente está vinculada. Parece que el pueblo está muy separado del poder económico, como en casi toda la América Latina, son los diferentes colores de una misma bandera".
Casado con una mexicana, desde 1984 vive en su natal Montevideo; pero todo este tiempo México ha significado para él un imán, y estuvo más de un mes aquí, la estancia más prolongada que recuerde:
"Me encuentro más impresionado por esta etapa de México, después de lo que pasó en el Zócalo con la marcha contra el desafuero al jefe capitalino Andrés Manuel López Obrador, y sé que ha habido opiniones divergentes; no obstante, creo que es un camino muy importante y es una alternativa... Ustedes pasaron mucho tiempo con una sola alternativa cuando sólo gobernaba un partido, y después del padecimiento de la época actual, la gente tendrá que construir una nueva alternativa para el futuro.
La canción siempre estará ahí para continuar la denuncia por un México mejor".
Alerta roja
Hace ocho años cantó en territorio del levantamiento zapatista.
Aquella experiencia en La Realidad, Chiapas, durante el Encuentro Intergaláctico de 1997, se suma a "dos conmociones anteriores" en la vida de Daniel Viglietti: el descubrimiento de la Revolución Cubana, 1967, y el encuentro con la Revolución Sandinista en Nicaragua "en sus mejores momentos", por los años ochenta. Preocupado al enterarse de que el EZLN declaró "alerta roja", refiere:
"El zapatismo me pareció un movimiento innovador, por ejemplo, en las relaciones humanas entre la gente. Una izquierda de mayor tolerancia, sin la mecánica de cúpula-base que deriva tan fácilmente en lo estalinista; dentro de esa idea del 'mandar obedeciendo', unas relaciones más horizontales y una percepción de la lucha que no pasa por la urgencia de la toma del poder. Hay como una influencia del pensamiento anarquista en mucho del zapatismo. También en sus relaciones hacia afuera, hacia el mundo, se confirma esa tolerancia en los temas de inclusión de diferentes tendencias, de posicionamiento en el tema de género, en el modo de comunicarse con la solidaridad.
"Y otra cosa que me sorprende es esa característica de los silencios prolongados que a veces proponen y que no siempre son comprendidos. Si están en las primeras páginas, sobre todo desde la inteligencia del subcomandante Marcos, se los acusa de operaciones mediáticas; si se exilian selva adentro a construir nuevos pasos en las comunidades de base, se les reprocha el silencio. A mí me inspira confianza lo que vienen haciendo, con sus aciertos ¬los más¬ y sus imperfecciones, como en cada ser o en cada movimiento".
Nacido en el barrio de Sayago en Montevideo el 24 de julio de 1939, se considera "cantor de los años sesenta" porque "son los que tengo y también porque mi generación es de esa década". En Chiapas "hice lo que sé hacer: cantar, contar, entrevistar". Afinó una guitarra española de Tacho e interpretó sus piezas; Marcos le pidió que presentara a los jóvenes músicos indígenas con sus chirimías y tambores, "con lo cual me pasé a mi tarea de comunicador"; entrevistó a la actriz Ofelia Medina, la poeta Fernanda Navarro, los músicos René Villanueva (ya fallecido), Guillermo Briseño y El Mastuerzo, quien le prestó su guitarra para el recital en San Cristóbal de las Casas.
Tenía fiebre, pero se le quitó con "la energía zapatista".
Luna en La Habana
Luna en La Habana
Aborda el tema de la canción política:
"En 1967 los cubanos convocaron a un encuentro de lo que definieron como 'canción-protesta'. El festival fue muy importante, con gente de Africa, Asia (los vietnamitas imitando los bombardeos de la guerra padecida, con efectos vocales), Estados Unidos, Europa y buena parte de América Latina. De México fue Oscar Chávez con su guitarrista y del Uruguay varios: Carlos Molina, Aníbal Sampayo, Los Olimareños, El Sabalero José Carbajal, Alfredo Zitarrosa, Marcos Velásquez, Yamandú Palacios, entre otros".
El término "protesta" quedó estrecho: "Cuando nos dicen 'cantores de protesta' siento que nos etiquetan para aislarnos, como si nos quisieran volver especialistas del ceño fruncido. Yo he compuesto "A desalambrar" o "El Chueco Maciel", pero también canciones de amor, como "Anaclara", o canciones de cuna, como "Negrita Martina" o paisajistas, como mi reciente canción "El vals de la duna". Defino lo que hago como canciones humanas, parafraseando al poeta peruano César Vallejo, autor de sus "Poemas Humanos".
"Canciones humanas en medio de un mundo donde hay niveles de inhumanidad como en la monstruosa agresión a Irak, las torturas innombrables de los yanquis a los presos en Guantánamo, que no hay que olvidar que es territorio cubano robado por los gringos, como cuando se quedaron con buena parte de México, ¿no? Bueno, la canción sigue viva, con una diversidad que puede ir desde un Chico Buarque a un Noel Nicola ¬el trovador cubano, recientemente fallecido (NdR)¬ de la boliviana Matilde Casazola hasta una Guadalupe Urbina, en fin, por decir algunos nombres de creadores de importancia".
¬¿Continúa Cuba como pilar de este canto en América Latina?
¬Claro, la vieja y la nueva trova abrazadas lo siguen siendo. Justamente me invitaron a ir ahora pero lamenté no poder ir por coincidir las fechas con mis conciertos en México, y lo lamenté pues era un planteamiento de denuncia contra la impunidad que protege a Posadas Carriles, lo que me parece algo infame, una cuestión de doble discurso de los yanquis.
"Se habla continuamente contra Cuba. Pienso con Pablo Milanés en una de sus canciones: "Cuba no es una sociedad perfecta" pero dentro de América Latina ha hecho esfuerzos titánicos por superar problemas urgentes, tremendos. No habré de nombrar las estadísticas internacionales contundentes, pero sabemos que Cuba en América Latina posee una amplia superioridad en varios niveles. Yo sigo siendo un hermano de la revolución cubana y estoy siempre tratando de ser solidario con ella. Cuba es un ejemplo positivo para América Latina, pero no es fenómeno exportable ni imitable; cada proceso tiene que hacer su camino propio".
México en la piel
"Mi esposa es mexicana, se llama Lourdes, la conocí en París ya cerca del fin de mi exilio y vivimos en Uruguay, hay sintonía. Ella tenía el título de Filosofía en la UNAM, pero cambió su vocación por el psicoanálisis y se formó en Francia, trabajando en la Maison du Mexique para sostener sus estudios hasta que se recibió.
"Ahora Lourdes vino conmigo, aprovechando para ver a su familia y a los amigos que tenemos en DF y Guadalajara. Me alegró mucho haber cantado dos veces en la Plaza de Coyoacán, donde se nos anudó a ambos la garganta oyendo un organillero, y que es su barrio mexicano. Con ella me he acercado mucho más a la realidad de México y a autores como Guty Cárdenas y Alvaro Carrillo. No te oculto que muy a menudo me deleito con comidas mexicanas y que me encantan el mole poblano, el guacamole y el axiote. ¿Por qué diablos no intercambiamos más comidas entre los países de América Latina, con las delicias y especialidades que tenemos?; hasta el sentido del gusto nos han colonizado desde el primer mundo".
¬¿Continúa Viglietti con sello disquero independiente?
¬Sí, así trabajo, sea en mi país o al exterior. Rompí con eso de las grandes firmas disqueras, la verdad nunca le hacen bien a la canción y funcionan más como un bloqueo que como difusión.
"Devenir lo grabé en Uruguay para el sello Ayuí, que hace una labor formidable. Decidimos sacar por el 71 un pequeño disco con dos canciones de Judith Reyes, donde estaba un corrido de la tragedia de Tlatelolco en el 68" (ver: http://www.tacuabe.com/).
La conoció en esa primera visita de 1974 y era una mujer "llamarada, que unía una canción directa y de lucha a su participación en marchas, en actos incluso en Europa, donde denunciaba la situación de los presos políticos; como ella "se encontró con los primeros uruguayos exiliados en 1971, antes de la fecha técnica del golpe de Estado pues mi país era una dictadura", Judith Reyes escribió "El corrido de la toma de Pando", referido a una acción revolucionaria en Uruguay (una maravilla como salió de su comarca y contó hechos de otro país").
Conversador infatigable, Viglietti pone punto final a la entrevista con "Proceso" desde su correo electrónico, desempacado en su Montevideo:
"En México sigo viendo nacer cantores, grupos que partiendo de un Judith Reyes o de Los Folcloristas, buscan nuevos caminos. En las nuevas generaciones latinoamericanas los lenguajes varían desde lo directo a lo metafórico, desde lo acústico a lo parcialmente electrificado.
"Detrás de estas corrientes en que nos mezclamos todos, viejos y jóvenes, en una suerte de coral múltiple, detrás del escenario, como padres fundadores: los ejemplos del maestro Atahualpa Yupanqui, el gran poeta-músico argentino, y el de esa chilena que me gusta nombrar como la única violeta que nació de una parra: claro, Violeta Parra". *
(De la revista mexicana Proceso)
Comentarios