EL SORBO DE LECHE
EL SORBO DE LECHE
Aprendí pués a jugar en la calle, por todos los diferentes rumbos de mi barrio , la cultura de mi barrio , la luz de los faroles , las noches de andar burlándo a la luna , de oír ladrar los perros y cantar con la puntualidad como norma coplas mexicanas , sentado , sin nadie , solo con los pastos , rodeado por los terribles boulevares , bebidendo ron en vaso de plástico e intentando hacerle al poeta .
Las horas se anuncian a través de la torre , dan las seis , pero no me da el frío , llevo abrigo y sangre , se pueden apreciar zonas amoratadas bajo mis ojos ; pero no me interesa , mi respiración es lenta , fumo y finjo sentirme feliz , pero lloro sólo.
Sin mí , cabe la posibilidad de que pueda frecuentar sus modas , de que se olvide de esas tardes de aburrimiento viendo el cristal de la televisión mientras sorbo un vaso con leche.
De regreso a lo caliente de la alcoba , deslizo mis pasos y escucho la canción de moda ; para tratar de no pensar en nada, pero todo me recuerda que es ingrata la vida .
La gente pasa de mí , y nadie esboza una línea de sonrisa , cada uno de ellos se sume en sus propias cavilaciones , las comadres asisten a la iglesia , pretenden el reencuentro con Dios.
Otros piden limosna con la facilidad de extender el brazo y disfrazan su miseria con gestos , con telas rotas , con almas heridas , con pñaladas sobre el cuerpo y cara.
El viejo da de comer granos de trigo a las palomas y veo en esos ojos que todo lo han visto , la llama , el fuego de Prometeo , las ganas de aprovechar su tiempo , las ganas de sentirse útil , de sentirse amado , aunque su voz suene a viejo , se nota el azúcar en sus llamados ; vengan hijas , les dice y estas con su cálida blancura atienden el llamado del senecto viejo.
De que manera expresaré entonces la sensibilidad que poseo, quise compartirlas , pero la sencillez a la que yo he estado acostumbrado terminó por fastidiar. Libramos cien batallas. Y perdí.
Evidentemente por más que agucé los sentidos , por más que olí su cuerpo , no supe trasmitirle mis deseos . La sensibilidad existe en la medida de que los sentidos funcionan, es algo que todos llevamos dentro y que nos debe enseñar la naturaleza misma , y aquel que tenga contacto con uno . De cualquier manera es una virtud humana , todos tenemos derecho a exigir a quién sea , a reclamarla , así podremos ser más solidarios , inevitablemente las vida nos provoca cosas.
1986.
Original de Alfredo Arrieta Ortega.
México.
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