CIUDADANO Joan Manuel Serrat Anónimos y desterrados en el ruidoso tumulto callejero con los vientos en contra van los ciudadanos, los bolsillos temblando y el alma en cueros. Rotos y desarraigados. Hablándo a gritos, golpeando los adjetivos precipitadamente, asfixiados en los humos y en las gestiones, se cruzan y entre cruzan, sordos e indiferentes, a salvo en sus caparazones. A quién le importarán tus deudas y tus deudores o los achaques de tus mayores. Así reviente el señor de miedo y de soledad. Con Dios, ciudadano. Ya te apañarás. Y se amontonan y se hacinan encima, enfrente, abajo, atrás y al lado. En amargas colmenas los clasifican, dónde tan ignorantes como ignorados crecen y se multiplican, para que siga ,especulando con su trabajo, su agua, su aire y su calle la gente encantadora... Los comediantes qué poco saben nada , nada de nadie, y son ciudadanos importantes. Hijos predilectos, científicos admirados, tiernos poetas galardonados, intermediarios, ciempiés, políticos de sa