Carta a mi hijo.

CARTA A MI HIJO



Testimonio de amor.

Tristán Arrieta Reyes.


Tristán :


Todo se dio ese día que me fue gustando tu nombre. De un vistazo por televisión, me enteré paulatinamente y al detalle de esa historia en capítulos: “ todas las criaturas del cielo y de la tierra”, en donde para enseñarte a manera “ de que te empapes”, te diré : un joven veterinario ( James Herriot ), llegaba vía autobús a un poblado situado geográficamente en la campiña inglesa. Todo esto con el objeto y la intención de incorporarse a trabajar en la clínica veterinaria del señor Farnon; un güero color canela. Aquí habitaba también su vejeta ama de llaves; gruñona y singular. También compartía el hogar inglés, un personaje de unos 20 años llamado Tristán Farnon.

Tristán se escuchaba bien al oído, así lo fui asimilando con todo el tiempo por delante; todavía no nacías ( hasta un gato glotón y vivaracho tuve con ese nombre ). Y ahora que la vida me premia con tu diminuta figura, no puedo sustraerme de endilgarte sin compasión alguna el bello nombre.

También sabía, por ser Orfeo, que este nombre formaba parte de aquél personaje basado en la célebre ópera de Richard Wagner: Tristán e Isolda. También averigüé que tu nombre lo llevaban unas islas de Albión. Como verás, niño Tristán, hurgué lo suficiente para condenarte.

Después de tanto pensar en como serían tus rasgos, tus facciones naturales, llegaste un 16 de septiembre ( día de fiesta nacional ¡ ), y arribaste a mi vida para aventarme serpentinas, y comer gelatinas de todos los sabores. Aquí estás para embarrarnos de crema de pastel siempre y cuando la dicha continúe. Eres mi fiesta, y bastan dos azahares para comprarme, dos pequeños dientes para sentirme entre globos, confetis y canciones. Ahora he dado paso a un proceso de aprendizaje junto contigo. Sé el momento justo para darte la mamila, y cuando buscas el halago extiendes tus manos hacia mi cara, y magistralmente jalas mis bigotes. Creo Tristán que tú eres mi público exclusivo; cojo la guitarra para musitarte la canción de Joan Manuel : ¡ Niño, deja ya de joder con la pelota, que eso no se dice, que eso no se hace que eso no se toca ¡.

Ahora me someto “ digamos que voluntariamente”, a enseñarte cosas en esete momento de tu vida, donde puedo ver tus esfuerzos por dar tus primeros pasos, esos pasos que requieren ayuda momentánea. Primero serán vacilantes, después serán firmes, al último, serán independientes. Tristán, estás aprendiendo las lecciones primarias, las clases de la vida misma, y nosotros ( tus padres ), seremos tus mentores, hasta que obtengas el título de la soberanía, la madurez, el respeto individual y colectivo, el temple necesario para enfrentarte al sufrimiento, a las posibles alegrías que la vida te depare.

Hijo, por primera vez te enfrentarás a infinidad de cosas, habrás de luchar, de agradecer a Dios por haberte dado la oportunidad de asistir al milagro. Tus ojotes aprenderán a observar lo que acontece, y podrás también utilizar tus manos para elaborar cosas; quizá te enseñe a leer para que en momentos determinados viajes por todas las historias.

Deseo con toda el alma, si es que esta existe, que realices una actividad que te proporcione satisfacción, no interesando que no puedas lograr un título académico, pero sí que ames los libros, la guitarra de Paco de Lucía, los animales de igual manera, no olvidándote tampoco de respetar a los viejos, y los árboles. En fin, que contribuyas en la medida de tus fuerzas para que se elimine la contaminación que te heredamos los mayores.

Debes saber hijo, que no hay nada más valioso que los conocimientos que te proporciones. Usalos en ti bienestar, pués estos serán de alguna manera herramientas para hacerte más agradable el futuro que te espera. Vive en paz, y cuando escuches el tema de la guerra borralo de tus posibles actividades, y si recibes beneficios, compártelos también sin limitaciones. Si con esto logras sentirte satisfecho, puedo decir hijo, que habrás triunfado en el papel que Dios te asignó en esta perspectiva teatral que es la vida, y nosotros; habrémos, hablo en plural, habrémos triunfado contigo.

Tu papá.





16 abril de 1987.


Material de archivo de Alfredo Arrieta Ortega.
México.




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