Mujer vestida de amarillo,mano con cemento, tocando y cantando,casa con gente dormida en el piso,viaje a un volcan nevado, bicicleta que se quema.
Mujer vestida de amarillo,mano con cemento, tocando y cantando,casa con gente dormida en el piso,viaje a un volcan nevado, bicicleta que se quema.
Me dirijo a esta casa. Me detengo y toco tres veces.
Se abre la puerta.
Una mujer vestida de amarillo se asoma. Ella trae un suéter del mismo tono.
Voy con esa mujer porque habla bien sabroso.
Después de una hora de hablar y hablar le digo que me tengo que retirar.
La mujer que para estos momentos sé que se llama Catalina me pide que me quede.
Miro por una ventana. Allá a lo lejos la fría se ejercita.
Pienso que me voy a quedar una hora más.
La mujer de pie se me repega yo no tengo más remedio que darle lo que quiera.
Voy con un grupo de mujeres.Estás hablan de pendejadas.
Tomo una guitarra, y comienzo a cantar Guitarras del Mesón.
Lo hago con tal entusiasmo que las mujeres dejan de hablar pendejadas y me escuchan.
Al terminar la mujer de amarillo me dice que se le rompieron las cuerdas a la guitarra.
Miro al suelo. Efectivamente las cuerdas están esparcidas por doquier.
Al levantarlas me embarro la mano derecha con cemento fresco.
A algún pendejo se le ocurrió hacer una acera y no poner letrero. O al menos no le veo.
Busco lavarme. Entro a una casa en dónde mucha gente duerme hasta en los pasillos.
Ellos esperan dormidos que vengan los amigos para asistir al volcán nevado.
Salgo.
En la calle veo a mi primo. Este viene acompañado de su mujer.
Los dos traen chamarras gordas y mullidas para el frío del volcán.
Me dice que sí nos espera o se va para el volcán?
Vete para el volcán al rato les caemos.
Está bien te dejo esta bicicleta.
La mujer se mete a una especie de cuartito de cuarenta centimetros.
Ella mira por la ventana.
Una vez con la bicicleta me regreso a la casa en donde están dormidos.
Les despierto.
Es un problema que despierten. Les digo que se metan a bañar y que se quiten las lagañas.
Voy con Fernando. Este maneja la bicicleta. Vamos por el Anillo Periférico. No hay carros. Parece que son los finales de los años sesentas.
Con la bicla en movimiento vemos que la llanta delantera se incendia. Arroja humo.
Le digo a Fernando que se pare.
Revisamos la llanta. Está quemada.
Y ahora que le digo al primo?
La bici está nueva.
No creo que sea defecto de fábrica.
No sé que le pasó a la llanta. Quizá fue la fricción. Sepa.
Vamos a un depósito.
Pretendemos dejar la bici en este lugar.
Un señor nos dice que aquí se almacena de todo. Desde paquetes de un kilo hasta camiones.
Eso fue todo.
Un sueño extraño.
Esto sucedió la madrugada noche del 26 de Enero de este 2017.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec Spe, Nec Metu
Estados Unidos Mexicanos.
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