CARCEL.
CARCEL.
Voy en compañía de un tal Jorge. Nos dirigimos a una cárcel. Según nos cuentan esta es una de las más peligrosas. Ahí habitan demonios de todo tipo y de todo mal. Desde ladrones, violadores hijos de puta y asesinos.
Entramos a una sala de espera. Un señor moreno de rostro duro, pelo negro y peinado para atrás nos informa que en un momento nos llama para adentrarnos en este recinto del mal.
Nosotros fuimos porque hablaremos con esta gente. Haremos una especie de reportaje. Les preguntaremos desde que nacieron hasta el día tarde o noche en que los caparon.
Regresa el señor de rostro de piedra. Nos pide sin hablar que le acompañe.
Entramos a un solar en donde hay sembradíos de maíz, algunos elotes están tiernos y los otros todavía verdes.
Hay además un pantano.
En medio de esto viven los presos.
El señor se asoma a una construcción en obra negra. Se asoma y grita:
Adalberto¡
Se escucha una voz:
Voy…
Por una escalera agarrado de pies y manos sube un individuo con aspecto de mono. Mientras sube me dice al oído que este cabrón es un asesino nato. Ten cuidado, me dice..
Nos extiende la mano con tierra.
Cruzamos miradas y algunas palabras.
Alfredo le va a hacer algunas preguntas y sí usted quiere se las responde.
Sí está bien.
El asesino nos ofrece un banco para sentarnos mientras grita que nos traigan una cerveza.
En esas estamos cuando por la parte trasera veo que se acercan un grupo numeroso como de una cuarenta personas.
Estos nos rodean. Agarran al señor de rostro de piedra y se lo llevan a un cuarto.
El asesino me mira y me dice que es cosa de rutina. Que ya les debía muchas.
El señor les grita que lo dejen que el es de Bermejillo Durango.
Los hombres en el cuarto comienzan a golpearle. Le dan tremendos trancazos en el cuerpo y cara.
Luego lo llevan de regreso casi desmadejado.
El asesino se levanta de su silla , me dice con la mano que lo espere un momento.
Con un puñal en la mano se acerca y sin miramiento alguno se los entierra unas veinticinco veces en el estómago.
El señor cae muerto.
Tírenlo a la mierda le dice¡
Se sienta y me dice que yo me voy a quedar con ellos.
Yo sólo vine a entrevistarle. Solo a eso.
No veo el caso de que me retengan.
Es eso o morirte güero¡
Como no me esperé .
Hubiera entrado el tal Jorge. El estaría en esto y yo estaría afuera esperando.
Ni modo.
Como estoy retenido busco que hacer?
Voy a un pequeño pasto. Hay unos lentes en el suelo. Me los coloco y veo borroso.
Hay una pared a medio terminar.
Quiero salir de aquí pero hay un abismo muy grande.
Paso a un patio.
Hay un edificio enorme. Veo que la fachada está limpia. Un preso con el rostro de un actor gringo me dice que decidieron hacer un cambio. Le digo que está bien.
Como no puedo salir de esta cárcel decido enfrentarme a todos.
Hay un cuarto oscuro.
En este se encuentra el cabrón que entrevisté y que mató al señor que administraba la cárcel y que daba los permisos para entrar. Si el que era de Bermejillo.
Voy a la oscuridad.
Miro alerta lo que puedo.
Salta una sombra, nos enfrascamos a golpes y patadas.
Luego lanzo cuchilladas al aire.
Zas, zas, y más zas¡
Cuando huelo su sangre siento que debo de ir con todo. Aprieto el puño y le meto el puñal hasta las tripas.
El tipo cae. Encima de este continúo mi labor y lo mato.
Salgo del cuarto. Todos los demás presos violadores y asesinos me miran asustados.
Ya saben quién manda aquí?
Nadie dice nada. Todos están mudos….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de Octubre de 2016.
Voy en compañía de un tal Jorge. Nos dirigimos a una cárcel. Según nos cuentan esta es una de las más peligrosas. Ahí habitan demonios de todo tipo y de todo mal. Desde ladrones, violadores hijos de puta y asesinos.
Entramos a una sala de espera. Un señor moreno de rostro duro, pelo negro y peinado para atrás nos informa que en un momento nos llama para adentrarnos en este recinto del mal.
Nosotros fuimos porque hablaremos con esta gente. Haremos una especie de reportaje. Les preguntaremos desde que nacieron hasta el día tarde o noche en que los caparon.
Regresa el señor de rostro de piedra. Nos pide sin hablar que le acompañe.
Entramos a un solar en donde hay sembradíos de maíz, algunos elotes están tiernos y los otros todavía verdes.
Hay además un pantano.
En medio de esto viven los presos.
El señor se asoma a una construcción en obra negra. Se asoma y grita:
Adalberto¡
Se escucha una voz:
Voy…
Por una escalera agarrado de pies y manos sube un individuo con aspecto de mono. Mientras sube me dice al oído que este cabrón es un asesino nato. Ten cuidado, me dice..
Nos extiende la mano con tierra.
Cruzamos miradas y algunas palabras.
Alfredo le va a hacer algunas preguntas y sí usted quiere se las responde.
Sí está bien.
El asesino nos ofrece un banco para sentarnos mientras grita que nos traigan una cerveza.
En esas estamos cuando por la parte trasera veo que se acercan un grupo numeroso como de una cuarenta personas.
Estos nos rodean. Agarran al señor de rostro de piedra y se lo llevan a un cuarto.
El asesino me mira y me dice que es cosa de rutina. Que ya les debía muchas.
El señor les grita que lo dejen que el es de Bermejillo Durango.
Los hombres en el cuarto comienzan a golpearle. Le dan tremendos trancazos en el cuerpo y cara.
Luego lo llevan de regreso casi desmadejado.
El asesino se levanta de su silla , me dice con la mano que lo espere un momento.
Con un puñal en la mano se acerca y sin miramiento alguno se los entierra unas veinticinco veces en el estómago.
El señor cae muerto.
Tírenlo a la mierda le dice¡
Se sienta y me dice que yo me voy a quedar con ellos.
Yo sólo vine a entrevistarle. Solo a eso.
No veo el caso de que me retengan.
Es eso o morirte güero¡
Como no me esperé .
Hubiera entrado el tal Jorge. El estaría en esto y yo estaría afuera esperando.
Ni modo.
Como estoy retenido busco que hacer?
Voy a un pequeño pasto. Hay unos lentes en el suelo. Me los coloco y veo borroso.
Hay una pared a medio terminar.
Quiero salir de aquí pero hay un abismo muy grande.
Paso a un patio.
Hay un edificio enorme. Veo que la fachada está limpia. Un preso con el rostro de un actor gringo me dice que decidieron hacer un cambio. Le digo que está bien.
Como no puedo salir de esta cárcel decido enfrentarme a todos.
Hay un cuarto oscuro.
En este se encuentra el cabrón que entrevisté y que mató al señor que administraba la cárcel y que daba los permisos para entrar. Si el que era de Bermejillo.
Voy a la oscuridad.
Miro alerta lo que puedo.
Salta una sombra, nos enfrascamos a golpes y patadas.
Luego lanzo cuchilladas al aire.
Zas, zas, y más zas¡
Cuando huelo su sangre siento que debo de ir con todo. Aprieto el puño y le meto el puñal hasta las tripas.
El tipo cae. Encima de este continúo mi labor y lo mato.
Salgo del cuarto. Todos los demás presos violadores y asesinos me miran asustados.
Ya saben quién manda aquí?
Nadie dice nada. Todos están mudos….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de Octubre de 2016.
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