SUEÑO DE AUDIO
SUEÑOS DE AUDIO
Un poco antes de caer en el sueño dominical hay una frase bailando en su cabeza: “ Cuando caigas levántate, será tiempo en que los corderos se conviertan en leones “. Así lo dijo el padre de Robin Hood y la hizo grabar en su espada.
Llega el sopor, hace frío y nada importa.
En busca de un sueño apacible, se viene a encontrar que este no es nada común. Aquí no hay imágenes de nada. Solo sonidos. Lo bueno es que sus oídos aún están sanos. Asi que al no tener más remedio intenta navegar en ese mar…
Llantos de algún niño, ladridos de perros, ulular del viento, crepitar del fuego, chasquido de dientes, cantos de pájaros, silbos de víboras.
Todo está oscuro, quisiera encontrar por lo menos algún arco iris, una puesta de sol, los labios profundos, la melena de un león, los colores del otoño pero no hay nada más.
Un señor que tampoco se ve, toca en la oscuridad negra un violín. Interpreta algo húngaro. Escucha en la profundidad la voz de su hija que dice mamá…..
Quiere despertar, un sueño en clave está presente. Solamente tiene que buscarle.
Hay una casa habitación que fue acondicionada como escuela. Su hermano toma clases de computo. Parece que está presentando un exámen. Decide no molestarle.
A un lado, hay un grupo de individuos que interpretan alguna obra de Haendel . Su maestro es Otto Sirgo.
Se pone sus zapatos, los presentes hacen gestos de fuchi cuando descubren que son zapatos de albañil. Intenta esconderlos pero no encuentra como. Se aleja y se sabe incomprendido. La pobreza anula. Nadie quiere saber de ella; los miserables son otros….
Se encuentra con Hugo y le comenta que le operaron de un huevo. No le dice si tuvo cáncer o que cosa. Le dijo que escuchó a un doctor homeópata hablar que si un hombre se operaba un huevo, nunca más tendría preocupaciones, todo sería alegría, siempre tendría comida, abrigo, cuentas de banco etc.
De sus huevos no tendría que preocuparse, estos funcionarian mejor que los de cualquier macho. Asi que acepto y se fue a que le hicieran los estudios pre operatorios. Llegó a un consultorio previo en donde el ayudante del homeópata era un ser japonés. Le tomo muestras de saliva, busco debajo de su lengua. Le introdujo una pequeña paleta en el culo, revisó los restos de excremento, le extrajo una lágrima, le introdujo además una jeringa y le sacó una botellita de sangre.
Una vez que concluyeron le pidieron fuera al otro consultorio. Ahí le pidieron recostarse sobre una mesa de operaciones. Un equipo rodeo su cuerpo. El doctor afamado con bisturí en mano, se acercó a su huevo. Lo tomó con fuerza con la mano izquierda, luego haciendo una bombita hizo sobre la delicada piel una ranura, brotó la sangre y se le colocó un aparatito del tamaño de un alfiler. Posteriormente, con aguja quirúrgica le fue cosiendo con seis puntadas.
Hugo se repuso y el resultado fue que su cartera siempre estaba repleta. Por donde andaba las mujeres pedían mano.
Con esta información le dijo que si usted estaba dispuesto a someterse a los mismo. Primero le explicó que sí le interesaban los apoyos económicos sin embargo apreciaba tanto sus huevitos que por nada dejaría que le cortaran ni un milímetro….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de octubre de 2010.
Estados Unidos Mexicanos.
Un poco antes de caer en el sueño dominical hay una frase bailando en su cabeza: “ Cuando caigas levántate, será tiempo en que los corderos se conviertan en leones “. Así lo dijo el padre de Robin Hood y la hizo grabar en su espada.
Llega el sopor, hace frío y nada importa.
En busca de un sueño apacible, se viene a encontrar que este no es nada común. Aquí no hay imágenes de nada. Solo sonidos. Lo bueno es que sus oídos aún están sanos. Asi que al no tener más remedio intenta navegar en ese mar…
Llantos de algún niño, ladridos de perros, ulular del viento, crepitar del fuego, chasquido de dientes, cantos de pájaros, silbos de víboras.
Todo está oscuro, quisiera encontrar por lo menos algún arco iris, una puesta de sol, los labios profundos, la melena de un león, los colores del otoño pero no hay nada más.
Un señor que tampoco se ve, toca en la oscuridad negra un violín. Interpreta algo húngaro. Escucha en la profundidad la voz de su hija que dice mamá…..
Quiere despertar, un sueño en clave está presente. Solamente tiene que buscarle.
Hay una casa habitación que fue acondicionada como escuela. Su hermano toma clases de computo. Parece que está presentando un exámen. Decide no molestarle.
A un lado, hay un grupo de individuos que interpretan alguna obra de Haendel . Su maestro es Otto Sirgo.
Se pone sus zapatos, los presentes hacen gestos de fuchi cuando descubren que son zapatos de albañil. Intenta esconderlos pero no encuentra como. Se aleja y se sabe incomprendido. La pobreza anula. Nadie quiere saber de ella; los miserables son otros….
Se encuentra con Hugo y le comenta que le operaron de un huevo. No le dice si tuvo cáncer o que cosa. Le dijo que escuchó a un doctor homeópata hablar que si un hombre se operaba un huevo, nunca más tendría preocupaciones, todo sería alegría, siempre tendría comida, abrigo, cuentas de banco etc.
De sus huevos no tendría que preocuparse, estos funcionarian mejor que los de cualquier macho. Asi que acepto y se fue a que le hicieran los estudios pre operatorios. Llegó a un consultorio previo en donde el ayudante del homeópata era un ser japonés. Le tomo muestras de saliva, busco debajo de su lengua. Le introdujo una pequeña paleta en el culo, revisó los restos de excremento, le extrajo una lágrima, le introdujo además una jeringa y le sacó una botellita de sangre.
Una vez que concluyeron le pidieron fuera al otro consultorio. Ahí le pidieron recostarse sobre una mesa de operaciones. Un equipo rodeo su cuerpo. El doctor afamado con bisturí en mano, se acercó a su huevo. Lo tomó con fuerza con la mano izquierda, luego haciendo una bombita hizo sobre la delicada piel una ranura, brotó la sangre y se le colocó un aparatito del tamaño de un alfiler. Posteriormente, con aguja quirúrgica le fue cosiendo con seis puntadas.
Hugo se repuso y el resultado fue que su cartera siempre estaba repleta. Por donde andaba las mujeres pedían mano.
Con esta información le dijo que si usted estaba dispuesto a someterse a los mismo. Primero le explicó que sí le interesaban los apoyos económicos sin embargo apreciaba tanto sus huevitos que por nada dejaría que le cortaran ni un milímetro….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de octubre de 2010.
Estados Unidos Mexicanos.
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