Camión carcacha, mujer que me entrega dinero y un sobre largo, Ruth Wilson y una muñeca, uvas y cucarachas, bolitas de platino caminan por las espalda de una gorda.

Camión carcacha, mujer que me entrega dinero y un sobre largo, Ruth Wilson y una muñeca, uvas y cucarachas, bolitas de platino caminan por las espalda de una gorda.
























Estos sofocado busco de alguna manera encontrar aire puro viajo en un camión que más bien es una carcacha pienso que en cualquier momento se desarma en este viajamos a tope no cabe ninguna alma más un hombre viene agachado tiene el rostro pálido es por la falta de aire busco y busco detrás de una cortina hay una ventana del tamaño de mi mano la ventana está atorada  la  sujeto con fuerza y la jalo para la izquierda la ventana cede y entra el aire. A mí también me falta pero le doy el lugar al hombre pálido coloca su cara y jaja y jala.

Llegamos a un pueblo la mayoría de esas gentes son indígenas  creo que estoy en San Cristóbal de las Casas  . El conductor nos dice que por solo cien pesos nos lleva a Ciudad Juárez claro sí queremos. Y quién quisiera ir tan lejos en esta cosa no llegaremos nunca pienso yo.

Un señor que viaja con su familia me dice que Ciudad Juárez no está tan feo. Sí ya lo sé conozco bien yo me refiero a la fealdad de este transporte. Bueno sí se decide por allá lo esperamos sí.  Gracias…

Bajo del autobús y comienzo a caminar. Paso por una panadería miro un pan de dulce. Busco en mi bolsillo no traigo un centavo. Entro al expendio tomo el pan salgo corriendo en tanto le doy mordidas al pan
Adelante hay una puerta negra entro. Una mujer tabasqueña pasada de pintura en la cara me dice enojada porque  me he tardado tanto en llegar lo que sucede   es que  vine en un camión que avanzaba  muy lento. La mujer molesta me arroja sobre una mesa una bolsa de plástico con monedas así como un sobre largo. 

Fijate bien en el sobre. Si sí.

¿Que tiene?

Tiene el diurex muy pegado.

¡No no el sobre fijte en el sobre.¡

¡Tiene algo escrito ¡

¡ Que te fijes te digo ¡.

Examino el sobre.

Es un sobre largo, rojo con la figura de un pene rojo.

La pintarrajeada quiere que le diga que es un sobre con la figura de un pene rojo.

Si ya me fijé.

¿ Y qué fue lo que descubriste?

¿Que está escrito en otro idioma?

¡No no¡.

La mujer se desespera y me dice sin tapujos que a ella le gustan los penes rojos.

Ah ¡

Pués búscate un socialista bolchevique.

Bueno ya me voy..

Imbécil, me dice…

La fría está aterrada y  pega un grito¡
Y ahora qué?
¡ Mira y me señala al piso ¡
Las uvas caminan…
¿Cómo que las uvas caminan?
Sí mira¡
Veo una fila de uvas. Parece que las uvas caminan pero no es así. Le digo a la fría que las uvas son llevadas por cucacarachas.
No ay ¡ las cucarachas me dan asco ¡
Mátalas, mátalas ¡
Mátalas tú. Salgo.
La fría las aplasta con uno de su huaraches.

Me encuentro en una habitación. Una mujer bien cerda está acostada boca abajo. Ella ríe.  Yo la miro de pie. Me dice que algo le está dándo cosquillas. Son unas bolitas de platino que le caminan por las espalda.

¡ Quítamelas , quítamelas ¡

Me trepo en ella y comienzo a quitarle las bolitas. Las bolitas con como electrónicas… Incluso zumban. No sé pá que…




Tocan a la puerta.

La puerta se abre. Es Ruth Wilson.

Me mira con sus ojos azules.

Cómo me gusta esa mujer. Sus ojos claros su pelo rojo. Su sonrisa cínica.

Ella se dirige a un señor de camisa blanca y corbata.

Le dice que ya llego la caja.

Ah, ábrela Ruth le responde.

Ruth  jala las tapas  de cartón. Hay una muñeca de su tamaño. La muñeca viste un traje como para ir al espacio. También tiene los ojos azules. Ahora solo le falta darle pensamientos dice el hombre. Ruth se queda callada. La muñeca abre los ojos extiende un brazo y toca a Ruth. Ruth la avienta la muñeca cae. Ruth grita que la muñeca está muerta. La muñeca yace en el suelo. De su frente sale un rayo láser y le pega a Ruth. Ruth también cae. Ruth también está muerta. Corro hacia ella y  la estrujo: Ruth Ruth no te me mueras, no te me mueras. Ruth está muerta. Me levanto y comienzo a patear a la muñeca. 

¡Maldita por tu pinche culpa  por tu pinche culpa ¡…

El hombre se levanta.  Me toca el hombro y me dice que no es para tanto. Que ya conseguirá otra secretaría….



Original de Alfredo Arrieta
Para elpeublodetierra
Nec spe, nec metu
4 de enero de 2014
Estados Unidos Mexicanos.







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