CAMPO, FIESTA, CASA EN EL AGUA, VENDEDORES, REGRESO.































Es impresionante el campo. La mano del hombre no lo ha tocado. Es la naturaleza tal cual. Para donde mires se pueden ver  el verde en sus distintos tonos. Le digo a la fría que donde parece que no hay nada en realidad hay todo. Por ejemplo allá  atrás de esa arboleda encontramos un sinfín de experiencias que nadie te puede dar en la puta ciudad.

Es hora de regresar al infierno….

Por una vereda que nos llevará a la parada del autobús nos vamos. Vemos que unos hombres llevan de sus lazos a unos caballos. Son tres . Dos tordillos y uno café. Que  bellos son los caballos. Agiles, fuertes, nobles. Las personas no tiene esas cualidades….

Un señor nos dice que podemos pasar a comer. No lo conocemos, pero le  digo a la fría que nada perdemos. Además las tripas nos gruñen.

Le damos las gracias al buen hombre. No sabemos en honor de quién o de qué es la fiesta. Hay muchas personas sentadas. Una mujer de lentes nos ofrece dos lugares. De inmediato accedemos. No llevamos ni cinco minutos cuando ya nos están sirviendo  un consomé que para qué  te digo. Tomo un medio limón, le pongo una cucharadita de salsa y a comer se ha dicho. Las tortillas están recién hechas. Un hombre de sombrero nos acerca una charola con carnes. Que delicia, agua se nos hace la boca.

La fría deja a un niño en una cobija y se dedica a comer….

Ahora vamos en una lancha de medio motor.

 Hay una bahía. En el fondo se pueden apreciar muchas casas . Le digo a la fría que esta es una zona  de lujo que tiene los ricos venezolanos. Siempre que vengo aquí me recuerda a  Valle de Bravo.

La lancha  la lleva un joven moreno. Baja la velocidad y nos metemos por una serie de canales. Aquí las casas ya son de gente con menos recursos.

 Imagínate la humedad dentro de los cuartos. Sí deben de estar siempre enfermos.


Me encuentro en una oficina pública. Ya sabes que siempre es un lío solicitar algún papel. Tienen detenidos a varios vendores de la calle. Dicen que han cometido una falta administrativa porque no tienen permiso para vender en la vía pública.

Mira estos hijos de puta. El estado que tiene la obligación de crear  una vida satisfactoria para sus habitantes no te da ni maíz pero te exige.

Un bolero que es quién les bolea los zapatos a los burócratas dice que sí que los deben de meter a la cárcel. Es entonces que tomo de la solapa al imbécil y le digo que él también va   ir.



Me harto de la situación y salgo.

Hay varias carreteras. Incluso en esa loma puede ver a la perfección una iglesia muy parecida a la antigua basílica. Creo que no necesitaré camión. Me iré a pie….


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
13 de julio  de 2013.
Estados Unidos mexicanos.







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