LUIS RENDON DE LARA.





LUIS RENDON DE LARA.



Curiosamente me encuentro viajando en esa camioneta café de la marca Dodge dart que compró mi padre en los años 78. Voy solo sobre un camino que no conozco, parece ser que hacia fuera David Linch filmara una escena. Esto lo sé porque me he encontrado sobre el asiento un proyecto o guión cinematográfico en donde descubro que yo soy el protagonista.



Por momentos me encuentro algo confundido porque se de sobre manera que no soy un personaje de película alguna, ni tampoco soy actor ya que siempre consideré que los actores son sola una punta de huevones que no sirven mas que para interpretar vidas ajenas, sino que voy navegando en un sueño del mes de Agosto.



Una vez que aclaro esta situación o punto , tengo que girar bruscamente de lado derecho intentando , evitando quitarle la vida a una perra. Desgraciadamente no lo puedo hacer y los fierros que son como cuchillas situadas en las llantas le rebanan la barriga. Me paro metros adelante, porque la misma fuerza que llevo asi me obliga. Luego, enciendo las luces de aviso color rojo para que no vaya a ser que otro pendejo que venga dormido como yo choque y entonces acabemos todos difuntos o cuando menos moribundos.


Me acerco a la perra y descubro que le he echado afuera sus perritos. Un campesino se acerca con un machete en la mano y me dice que se las voy a pagar. Entonces decido correr al auto café , por suerte tuve a bien dejar encendido el motor, el hombre furioso por la muerte que le causé al animal me grita de todo. Luego se abalanza sobre del vehículo como yo no tengo la intención de que me atrape, giro bruscamente y el hombre cae adentro de las llantas. De esta manera el señor del campo también queda despanzurrado.


Intento despertar o que al menos Linch diga corte y queda. Sin embargo el cine director gringo nunca lo veo.



Despierto con la frente perlada y me acuerdo que yo no maté a esa perra, fue precisamente mi padre Alfredo el que la despanzurró. Y fue verdad, salíamos una tarde por una carretera que sale del poblado de Marfil en el Estado de Guanajuato. Mi padre conversaba sobre el lugar a donde iríamos. Era otro pueblo en donde hablaría con unos señores que luego nos platicarían entre mezcal y mezcal que alguna vez el gobierno federal les quiso quitar sus tierras. Ellos no se dejaron y alegaban que las tierras se las había dejado en propiedad el mismo rey de España. Luego hablaron de sus peripecias cuando fueron hasta allá y se entrevistaron con un importante personaje y este les confirmó que efectivamente el rey les había entregado en propiedad las tierras de esos lugares en el periodo de su dominio. Entonces antes tales documentos el gobierno tuvo que echar su culo en reversa y olvidarse del asunto.



También me acordé que al no encontrar el domicilio de estas personas me bajé de la misma camioneta Dart para preguntar algunas señas y mi padre enojado le metió el pie al acelerador y me dejó mentándole la madre porque era la segunda ocasión que me abandonaba.

Al caer presa del cansancio me encontré caminando por una calle que estaba en reparación. Un grupo de trabajadores , albañiles y jardineros se daban a la tarea de limpiar una avenida, le colocaban vistosas flores, ya ve uste que los pinches que gobiernas les encanta regar flores de plástico y echar agua sobre el cemento.



Un señor vestido con gabardina azul profundo , pelo cano y bigotes poblados del mismo color, se encontraba trepado en una pequeña barda. Debido al peso enorme que tenia la pared comenzó a ceder. Al verlo me acerque y le tendí la mano. Por momentos me sentí como Lee Marvin cuando en una película de guerra le tiende la mano a un alemán que va a hacer al vacio, lo ayuda a pesar de que eran enemigos.



El hombre se aferró a mi brazo, acto seguido se limpio la ropa y me mostró un periódico en donde en la primera plana se encontraba un compañero de mi padre, que lo siguió por todas partes , eran amigos del partido. Ahí vi a Don Luis tendido sobre un féretro blanco y cubierto de flores, con su cara palida y su nariz de águila que todavía recuerdo. No se si en verdad el haya fallecido, pero lo que si te puedo asegurar que siempre se porto bien conmigo. Un saludo en donde quiera que se encuentre.



Ahora bien en el sueño numero dos, estoy convencido de que estoy recibiendo alguna señal que me pueda orientar en mi desordenada existencia y si no es asi entonces no se cual deba de ser la razón que me encuentre en esta noche del sueño manejando un carro que es capaz de desarrollar velocidades que alcanzan los 350 kilómetros por hora. Esta es una maquinaria muy potente, los aceites que usa para lubricar este motor poderoso deben de ser de primer nivel. Miro a los que van desposeídos, algunos piden tacos de limosna. Mientras me conduelo de la necesidad de tanto mexicano en calidad de probreza extrema,yo voy corriendo por la autopista y si acaso soy solidario, pués les aviento un paquete de papas fritas para que sacien su hambre. De lo demás no puedo hablarte porque ya estoy en el olvido intentando descifrar los obstáculos que se nos ponen a toda hora. Solo nos falta un paso para levantarnos a las armas.


Original de Alfredo Arrieta
01 de Agosto de 2010.
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.

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