EL OJO AZUL

EL OJO AZUL




No se la razón por la que me encuentro viviendo en la ciudad de Alabama. Eso lo sé porque acabo de encontrar un recibo telefónico con mi nombre y esta dirección.
Me encuentro en un edificio de 20 pisos, yo vivo en el ante penúltimo. Me encuentro en una modorra que no me deja despertar hasta que unas voces conocidas me dicen que debo levantarme porque está por aquí Albert.


Albert es aquel muchacho que escribía poesías extrañas y que además ya estuvo en la cárcel.

Primero sentí un peso inusual sobre mí. Por encima de las cobijas casi a la altura del pecho. Lo primero que deduje es que sería mi gato, ya que este tiene por costumbre despertarme por las madrugadas para que le de su comida. Sin embargo dentro de mi sopor pude deducir que mi gato no pesaba tanto.




Asi que descorri las cobijas y lo primero que vi fue la cara de Albert.
Esto me recordó a esa película de Atom Egoyan donde unos amigos del espectáculo se encuentran alojados en un lujosos hotel de las Vegas Nevada. Ahí consiguen los servicios de una camarera que les lleva las botellas y demás necesidades. Ella les dice que quiere hacer su licenciatura y que ese trabajo es solo temporal. Posteriormente Kevin Bacon pide mano y se la comienza a enchufar. Cuando se encuentra dale que dale a la mujer. Se monta literalmente su amigo encima de él con la intención de darle por Detroit. Esto enoja a Bacon quién se separa de la muchacha y le dice que el no es homosexual y le grita madre y media.







Bueno el caso es que yo no soy Kevin ni me gustan los pendejos, así que al ver acostado sobre mí a Albert, me incorporé y le dije que cual era la razón para que estuviera acostado en mi cama y conmigo. No tuvo argumentos que darme porque se podía apreciar que se encontraba en un viaje a ciertos paraísos artificiales.


Ya levantando lo empuje hacia la salida del departamento y él hacia intentos por quedarse. Las caras que yo conocía se encontraban estupefactas y le meti dos catorrazos provocándole un sangrado en las comisuras de sus labios. Luego lo saqué hacia el pasillo y pude ver como algunas gentes que llegaban a sus casas veian a Albert caminar de puntitas y en pelotas.


Ya repuesto de este malestar, salí para dirigirme a la casa de mi tío Lalo, debo decir que ya tenía tiempo que no lo soñaba. Eduardo se encontraba destapando un lavabo pero no lograba su intento.Le dije que lo mejor que pudiera hacer era acudir a la tlapalería y comprar un alambre que da vueltas, después lo deberá introducir por el orificio y posteriormente hacerlo girar hasta eliminar el tapón que impide que se vaya el agua.
Asi lo hizo y me agradeció regalándome un reloj de bolsillo, este objeto es siempre el mismo que me regala, en cada sueño me lo entrega. No sé si tiene muchos, iguales o cuando yo me descuido él mismo me lo roba para después volvérmelo a regalar.


Decido ya satisfecho subir al metro y la verdad no sé si en esta ciudad hay metro. El caso es que voy a bordo y lo que observo a la derecha y lo mismo a la izquierda es una niebla espesa que apenas me deja ver que ando ahora por los rumbos del aeropuerto.
Descubro un calle que a cualquiera le daría miedo pero yo que soy tan macho como el Charro Avitia me vale madre y camino sin temor de nada. Me siento en la banqueta de la calle de Ecuador y enfrente de mi hay unos pinches borrachines que en Mexico se les conoce como teporochos.


La niebla continua y una mujer que se parece a una actriz que me cae en la mera punta de los huevos me dice que si puedo permitirle que le deje tomar una fotografía a mis ojos. Le digo que para que quiere una instantánea de mis pupílas. Ella me dice que está estudiando cuales son las tonalidades de los ojos y sobre todo desea saber más sobre las personas que tiene los ojos de color azul o verde.


Le digo que acabo de leer que estas gentes tiene los ojos de estos colores debido a un gen y que lo mismo puedes encontrar personas con las características y un tronco común en Turquía, que en Austria. Ella lleva en sus manos una cámara que mas bien parece una lámpara. La acerca a mis ojos y debido a la intensidad que emite los cierro y los abro abruptamente.


Una vez que terminó, me dice que regrese más tarde para enseñarme como quedaron las fotografías. Me despido de ella y comienzo a caminar. Me detengo en un tenderete de aparatos de audio. Un ñero le esta dando explicaciones a otro sobre los artefactos . Le pregunto después de un silencio sobre el precio de una grabadora que tiene un micrófono inalámbrico. Y el individuo me dice que cuesta tres Lucas y medio. Me quedó con la duda porque no sé a cuanto equivale una luca. El corriente me mira como diciendo que buey es este. Entonces insisto y le pregunto por las funciones del aparato. El valedor queda extrañado y no sabe que es una función. Le digo que para que sirven estos botoncitos y no sabe que contestar entregándome el instructivo en inglés…



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Para elpueblodeletras.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
04 de enero de 2010.

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