MUERTE

MUERTE


Un sujeto obeso con cara de batracio y barbas descuidadas, pregunta a otro que se encuentra sentado. Es un uniformado que a leguas se descubre que no sabe ni hablar , o si puede lo dice con monosílabos. El cara de sapo le insiste que cuando va a actuar.

El otro responde que debe de estar calmado y que solamente espera la llamada de un superior.

No sabe si es el telefonema vendrá de un presidente municipal, un empresario o tal vez de un resentido.

No estás para averiguarlo y sales de ese medio ambiente.

Ahora caminas en medio de un tumulto, descubres una cafetería en donde algunas veces acudes a tomar un cafecito brasileño. Ahí te ofrecen unos panecillos que ellos mismos elaboran.

Son las seis de la tarde y en una mirada de soslayo se interpone un vidrio grueso. Es un grupo de personas que hacen una rueda humana. Algunos emiten groserías. Hay un hombre de 25 años que aparentemente parece un ñero de barrio. Se encuentra pelado a rape, y su mirada está perdida. Lo más probable que este sujeto haya ingerido algún estupefaciente. Así son sus caras. No son gente confiable. Este espécimen te puede traicionar a la menor intención. Lleva un pistola metida en la parte trasera del pantalón . Tu discretamente te acercas y te paras justamente atrás de este.

A escasos dos metros , descubres al hombre batracio y te pronto te acuerdas que este señor, trabajó contigo en el gobierno federal. El era un auténtico huevón . Al introducir la tarjeta de asistencia le pagaba a otro con el propósito de acudir a su trabajo más tarde. Decía que esos pinches trabajos de mierda, lo que procedía era utilizar la política de la vaca echada. Tragar pasto, y rumiar. Al cabo de todas maneras te pagan. Aquí ni los terremotos nos detienen. La única actividad que tengo es llegar y sentarme.

Este hombre no te recuerda y parece vigilar lo que esta por ocurrir.
El pelón de 25 años saca su arma y le dispara a un señor que también toma café. Su cara cae bañada en sangre y junto a un periódico que en su página principal ofrece bienestar a las personas.

El pelón sabe que se equivocó de sujeto y mató al equivocado. Antes de que lleguen las fuerzas de la ley , el hombre escapa y le arroja el arma que cae en manos del señor sapo. Al tenerla en sus manos , siente que adquiere una fuerza y también un poder.

Gustavo que ahora tiene como 50, se encuentra al igual que tú de espectador. Por estar de bobo no se da cuenta que en dos minutos va a morir. Por el lado de la nuca, recibe dos balazos y cae frente a ti. Al tener la cara al sol de la tarde miras a este hombre con cara de niño y voz gruesa decir que tuvo mucho gusto el haber contado con tu amistad. Los caminos de los amigos se fueron separando. Tu te fuiste al sur, y Gustavo al norte del poder. No sabes la causa por la que lo mataron. Es posible que sus pasos lo llevaron a lugares alejados de lo que se considera correcto. Es posible que lo deslumbró el poder del oro fácil. Muchos no están dispuestos a trabajar toda la vida para llegar a viejos usados y dan el todo por el todo. Son personas atrevidas que viven a toda velocidad y por dinero son capaces hasta de matar a su propia madre.

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Para elpueblodeletras.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
11 de noviembre de 2009.