OBSERVA

"Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."
Antonio Machado.)

EL PUEBLO DE TIERRA.

Lees este fragmento del gran poeta y piensas en esa idea que no sólo se borra sino que se magnifica.
Al paso de los días , noches y tardes de lluvia, recuerdas que la muerte es inmediata. Te usa y propone, te extiende la mano de huesos y flaca. Le pides sólo un instante para irte con ella, te obedece porque te nota enojado.
Tus ojos se agrandan y parecen desorbitados , le alzas la voz y le dices Puta de mierda¡.

Hay la posibilidad que ya no tengas pasos ni fuerzas para abrochar tus zapatos, eres un hijo del pueblo de tierra que amanece en ese fastidio de volver a la rutina de levantar el plato de la mesa, de acariciar al gato amarillo, de tomar la pastilla para los nervios y estos no se acaban, la pierna izquierda te tiene atormentado, no estás seguro si morirás de un infarto, es posible que la tristeza empañe los espejos de tus lentes . Hay un periódico de días atrasados, muchos años están ahí; Antonio ha muerto en la Francia bendita, en la tierra de Dantón, la tierra del vino y la uva en donde se niegan a perder los valores del hombre generoso: La libertad, la igualdad y la fraternidad.

En México hay un derrumbe emocional, donde todos te apuñalan mienten y roban , el águila se come a la víbora pero de igual forma te devora , hay hambre en los estómagos y las leyes se usan únicamente para someter al flaco.
Ayer y hoy , pasaste por el centro y en una esquina está un hombre sin dientes , mira la pista de hielo pero piensa en un pan con mantequilla.
Pasa un perro y muerde una rata , ese limosnero, agita una lata , otro más allá canta a Lara .

No hay risa alguna , ni monedas en los bolsillos, sólo frío y lluvia que cala los huesos.

No estás asegurado, ¿ con qué pagarás la incineración?.

Antonio ya se fue , y cumplió como un hombre cabal, honrado , era decencia , su sombrero gastado , los zapatos agujerados , no lo venció lo adverso , le hicieron daño y se repuso a la insensatez humana .

Tú estás como Antonio , con la ropa usada , el culo remendado , los dientes y las muelas con caries , casi putrefacto , carcomido por las polillas , destruido por las deudas infames que en verdad son pocas comparadas con la deuda externa , pero estás ahí, enfermo pero ahí estás , la muerte te azuza , su boca exclama apuraciones, la tomas de la mano y como dijo tu papa que no le temes, porque la llevas muy dentro, como algo que siendo propio no admite desprendimiento…


Original de Alfredo Arrieta Ortega.
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México.