NO HAY FELICIDAD...

NO HAY FELICIDAD

No hay felicidad en nada, mucho menos justicia. En los hombres , en la familias de este mundo solo impera la desdicha , siempre vivimos los otoños , como si estuviéramos muertos.

Paganini, hace música del alma y no nos interesa, intento motivar mi ira desmedida , tomo un vaso con agua y a lo lejos, distante a mis oídos, hay un coro de celestiales niños que dicen; entiende a Dios, la vida no es la muerte, ahora hay hojas en los árboles , el río suena con agua y hay peces , y vuelan las abejas y tomaremos thé de manzana.

Ven ; nos esperan las canciones de los ángeles, su caras llenas de luz y armonía .
Miro un diario de hace veinte años. Una mujer rubia camina por la hierba, lleva en su pecho una alegría, para ella tan joven y apenas es febrero.
En esas estoy y pasa un caballo , su andar es lindo, tal parece que se encuentra contento.

Busco un sombrero de los mejores que tengo y voy al encuentro de un lucero y un refrán.

Yo creía que la vida sería distinta, pero veo que no es así, ayer en la tarde me senté en esa placita cercana al cementerio y me dispuse al recuerdo.

Un hombre dice que conoció al flaco Alfredo hace más de treinta años. Y Alfredo viviendo en el cementerio se encuentra cantando, a veces leyendo un texto, a veces rebelde, a veces sombrío. A Alfredo lo sigue el pueblo, lleva su guitarra , y su canto, seguido de la América hambrienta, con tambores frenéticos y legiones de niños , y voces de ultratumba de todos los que cantamos, y las tormentas estarán por todas partes, inundarán los caminos de la sangre del indio.

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
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México.