DE NO OLVIDAR...



DE NO OLVIDAR.


“ Creo que este momento es un momento nervioso no más difícil que otros que hemos tenido.
Creo que un pueblo con memoria tiene la llave del futuro. Y un pueblo que no la tiene se le puede encontrar muy difícil...”



Ayer, en la ciudad de México, se deberá quedar impreso en los que sobrevivimos, de todos los que deambularon con sus zapatos y sus tenis, con sus caras espantadas y sus temores, de volvera a sufrir, y de recordar las infames escalas de Ritcher y Mercalli.
Los relojes de H Stelle se detuvieron, al punto de las siete y veinte; para dar paso al miedo colectivo, al merengue trepidatorio, para recibir sin esper a la generosa muerte.
Bombas imaginarias sin respeto, proyectiles hirieron los vidrios, las mujeres lloraron, en el horno se fueron a encontrar las biblias.

Bombas imaginarias abatieron la ciudad, los semáforos convertidos en charamusca, las estructuras de acero dobladas por un gigante, cada quién en su soledad derramaba lágrimas a sus difuntos. El pavimento levantado.

Con esto, ni ganas de escuchar música, sólo la saeta, ni de hablar, ni de recibir pésames de otros gobiernos, ni ganas de ver las flores sobre Reforma o avenida Chapultepec, ni ganas de recordar que la vida y la muerte están siempre bordadas en la boca, son de nuestra parte hermanas y compañeras. Ni ganas de declararse en quiebra.

Aunque tengamos infinidad de abogados gandules, ni ganas de acordarse.
La cruz roja continua calles arriba y calles abajo, jóvenes y niños , paramédicos y militares removiendo escombros en un solo interés, ni ganas de reírse porque se derrumbó la antena maestra del canal cinco; ni ganas.
Ahora hay que buscar el olvido, que todo quede en el recuerdo y a jalar, a reconstruir, a seguir andando, a buscar de nuevo el sol.

¿ Qué monstruo pasó trotando por debajo de la tierra?
Estábamos desconcertados, el Regis desplomado, no existía más. Era una película real, como aquellas que pasaban en el Internacional.
Vimos la cara del presidente por televisión, supimos de nuestra impotencia ante el fenómeno geológico.
Ayer se nos fue la soberbia de los cuerpos, ayer recibimos una lección natural de fuerza y energía, ayer Dios se hizo presente en nuestros recuerdos.

El ejército y su plan DN3 actuó lento, lo digo por lo que ví al inicio.

También recordé :
Edificios, a los que penetré muchas veces cuando tenian vida, ayer supe de los conocidos, de mis amigos, de mis familiares, pero de C ni sus luces – los teléfonos congestionados-, aunque supe instantáneamente de la voz de mi mamá, supe de todos ayer.
Ví volar helicópteros, ví el polvo sobre el Eje Central,
Ví que México amaneció distinto; tal vez triste, una nueva era nace a partir del día de hoy, ví la Torre Latinoamericana incolume,
Ví al Palacio de las Bellas Artes soberbio, de pie.

Ayer ví lo que nunca imaginé ver...
Alfredo.

Alfredo Arrieta Ortega.

20 de septiembre de 1985.
2.05 hrs.p.m.
en la ciudad de México. D.F.



HOY HACE 23 AÑOS. DEL TERREMOTO QUE DEVASTO UNA PARTE IMPORTANTE DE LA CIUDAD DE MEXICO.

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